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La barca de Valentine

El antiamericanismo en España antes y después del 11-M

El antiamericanismo en España antes y después del 11-M

La certeza de ser de izquierdas descansa en un criterio muy simple, al alcance de cualquier retrasado mental: ser, en todas las circunstancias, de oficio, pase lo que pase y se trate de lo que se trate, antiamericano.
Jean-François Revel

 Bueno chicos, hoy vengo más cañera que nunca. Y antes de que me lo preguntéis, no es que este hombre sea mi gran inspiración y pretenda utilizar una cita suya en cada artículo, es que esta me pareció lo suficientemente contundente como para epatar desde el principio. Me pregunto si después de este post me quedarán amigos en el mundo…

Como ya sabréis, y sino, os lo confirmo, me importa poco y nada lo políticamente correcto. Es por eso que hoy quisiera que discutiéramos un tema que me llama poderosamente la atención: el antiamericanismo imperante en nuestros días. Yo también he sido antiamericana (faltaría más): parece que es de ley ir en contra de ese demonio capitalista y uniformador que quiere conquistar el mundo. Pero basta que todo el mundo vea Norteamérica como si fuera Satanás para que yo empezara a cuestionarme hace un par de años el motivo. ¿no es un poco sospechoso que  absolutamente todos  piense lo mismo sobre este particular? ¿de dónde viene ese odio feroz? En España, esta afición a manipular información para crucificar América y a los americanos está muy arraigada, y lo que digo no es baladí:

http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=1633

Esto es sólo una pequeña muestra, fechada en Junio de 2006, de lo que ocurre a diario. Así que yo no puedo menos que preguntarme por qué. Es común en España encontrarse al más fiero opositor a la hegemonía americana enfundado en una cazadora de 500 euros fabricada por sus Némesis, lo cuál resulta chocante, y sobre todo, hilarante. Así que, si todo está plagado de MacDonald´s y Chuck Norris es el dios de frikipedia,¿qué razones tiene nuestro país para el arraigo de esta manía por todo lo que huela al tío Sam?

Obviamente, yo no he sido la primera en hacerme esta pregunta. En el mercado hay varios ensayos que abordan este tema tan jugoso y   cientos de libros y artículos de españoles que analizan la cuestión.Los que más me han gustado, y en los que he basado este artículo son "el antiamericanismo español" de Alessandro Seregni, y los artículos " El antiamericanismo en España" de William Chislett, y sobre todo, el artículo de Carlos Montaner publicado en firmapress "España y el antiamericanismo"de donde he sacado conceptos muy llamativos.Estos días, como véis, me he dedicado a leer sobre el asunto, y he llegado a conclusiones, al menos para mí, muy reveladoras

Lo que más me ha sorprendido ha sido el hecho de que la cuna del antiamericanismo en España fueran las derechas. Bien pensado es hasta lógico: si antes de la guerra de Cuba, estas predicaban la maldad de un estado protestante, masón e inculto dominado por la banca judía y el amor al dólar, es de imaginar que tras el desastre del 98 la ira española no tuviera parangón. Que una nación casi en pañales derrotara al otrora grandioso imperio español debió ser un duro golpe al orgullo nacional de la derecha más reaccionaria.

Tras la pérdida del último vestigio de nuestro imperio, las cosas, como ya sabemos, no hicieron más que empeorar. Ya antes de la guerra civil, nuestro país estaba dividido en las llamadas “ dos españas”, y ninguna de ellas tenía nada que ver con América y su modelo económico y social. Por un lado, el Frente popular, formado por el PSOE, el PCE y el resto de partidos de la izquierda tenían una relación muy estrecha con el comunismo stalinista, con los que convocaron la ¡º Internacional (finalmente prohibida en España).Ni qué decir tiene que después de la revolución bolchevique  de 1917 en Rusia, el afán internacionalizador del comunismo de Stalin hizo que la demonización rusa de Norteamérica penetrara profundamente en nuestro país durante los años posteriores. Por el otro estaban los monárquicos y conservadores, completamente reaccionarios, patrióticos hasta el paroxismo y profundamente católicos, que pedían a gritos “orden” ante el desgobierno republicano y la amenaza de la revolución comunista. Este sería el germen de la falange y el frente nacional aliados de Hitler y Mussolini, paradigmas del fascismo europeo más expansionista y totalitario.

Tras la guerra y el inicio de la dictadura franquista, España sufrió un bloqueo internacional que hizo muy penosa la posguerra y nos dejó un gran atraso con respecto a otros países industrializados, hasta que en 1953 la apertura del comercio (fruto de un tratado entre Eisenhower y Franco) hizo que  comenzáramos tímidamente a ponernos al día. Dudo mucho que el presidente americano lo hiciera por gusto : era el inicio de la guerra fría y Franco jugó bien sus cartas. EEUU necesitaba bases en el Mediterráneo para defender sus intereses europeos frente a la URSS.

Sin embargo, la izquierda tomó esto como una afrenta : era el beneplácito de Norteamérica al fascismo. Y eso a pesar de que grandes pensadores y hombres de letras ninguneados por uno y otro bando (véase el interesantísimo filósofo Julián Marías, por citar a uno) o incluso abiertamente favorables a la república recalaron allí, siendo bien recibidos. A partir de entonces, y especialmente tras la Transición, Norteamérica ha sido condecorada como el hombre del saco, al cuál se le han achacado todas las miserias del mundo, a veces injustamente y otras con razón.

Montaner afirma que la apertura del franquismo a EEUU supuso un paso fundamental para la democratización de la derecha española, especialmente para los funcionarios que, acostumbrados a un régimen férreo, dictatorial y profundamente inmovilista, vieron más allá de sus narices aprendiendo sobre el mercado libre. Pero eso son ya opiniones sobre algo que desconozco.

Desde 1982, la izquierda ha persistido en su antiamericanismo (“ la OTAN, de entrada NO” de González, la negativa de Zapatero a levantarse al paso de la bandera americana en 2004…) continúa Montaner, como forma de atraerse al electorado que sigue asociando América con el régimen franquista. Extremo que si bien no puedo asegurar, encaja muy bien con lo que vemos a diario

El panorama internacional ha dado, sin embargo, un giro de 180º en apenas siete años.El ataque del integrismo islámico a las torres gemelas, con más de 3000 muertos, hizo que Europa se sacudiera, e incluso hubo una corriente de solidaridad en España inédita hacia los estadounidenses. Pero duró muy poco : la casi inmediata guerra en Irak y los atentados del 11-M y 7-J a los países aliados de Bush en la tan traída y llevada foto de las Azores hizo que la opinión pública despellejara a Aznar, al propio Bush y a Tony Blair (aunque Tony Blair salió mejor librado que los otros dos, todo hay que decirlo, al menos en nuestro país)

Llegados a este punto, voy a ser tan políticamente incorrecta que os puede parecer que rozo el sacrilegio, pero voy a dar mi opinión sobre este particular, que me parece de una importancia tremenda. No digáis que no os lo advertí.

El 11-M en España supuso un golpe tremendo. No sólo llevábamos más de 50 años sufriendo el terrorismo vasco, sino que además un tipo de terrorismo en masa, atroz y muy organizado internacionalmente ponía sus miras en nosotros, matando a 200 personas en un atentado brutal. No sé vosotros, pero cuando ví la salvajada de Nueva York, no podía imaginar que esto pudiera ocurrirnos. Y fui idiota, puesto que Al Andalus fue siempre un objetivo prioritario para los integristas más recalcitrantes.

No fui la única que se sorprendió, pero ocurrió un hecho sin precedentes. Corre en España una opinión pueril, casi obscena a mis oídos, que afirma que ha sido Occidente, abanderado por los EEUU, el que ha subyugado a los países islámicos obligándoles a radicalizarse. Es decir :Justifican a los terroristas buscando a los responsables en el propio Occidente  Esto me parece de una importancia capital, puesto que muestra a las claras el talón de Aquiles de la democracia : su negativa a defenderse.Esta es una frase literal del libro "El conocimiento inútil" de Revel (diréis que quién si no...), escrito en 1988, donde ya advertía de las intenciones del integrismo, no sólo religioso, sino también político

Me explico: la democracia es el mejor sistema que hasta ahora ha encontrado la humanidad para autogobernarse. Pero tiene, como diría Obi Wan, el reverso tenebroso: somos sólo una pequeña parte del mundo, dominado aún en numerosas naciones por autarquías, oligarquías totalitarias e integrismo religioso. Desde nuestro etnocentrismo endogámico, damos por supuesto que podemos negociar con ellos, seguros de que si razonamos, depondrán su actitud. Y esto es del todo imposible: los dirigentes totalitarios de un signo u otro y los integristas no van a cejar en su empeño jamás. No es necesario centrarse sólo en el islamismo radical o estudiar atentamente el Corán (qué también).El integrismo islámico sólo es el movimiento con más fuerza porque es muy extenso y tiene una red terrorista a nivel internacional integrada por auténticos fanáticos. No van a cejar nunca porque si no nos atacan, desaparecerán. El progreso conlleva el laicismo y la cultura.¿ cuáles serán entonces sus armas para controlar a su población? Si relajan el férreo control religioso que mantienen, la sociedad se occidentalizará, y entonces perderán su poder.

Y aquí viene lo más grave de todo :para mantener ese poder  recurren al victimismo y a la demagogia, que inexplicablemente esgrimen de manera tan efectiva que cala también en nuestra sociedad : nos autoculpabilizamos de que nos ataquen.Nos hacen sentir culpables e incluso nosotros les ayudamos tachando de racista toda manifestación de esta índole. Y ellos lo explotan porque tienen miedo: nadie que haya probado la libertad está dispuesto a renunciar a ella.

Tengo en el instituto a una adolescente marroquí que suele venir  a charlar por las tardes. Le está resultando difícil aclimatarse, pero disfruta de una libertad sin precedentes, en la que se regodea. Se ríe al ver que las chicas tratamos a los chicos de tú a tú, y a menudo me habla de un primo suyo de cinco años que la mandaba callar porque era una mujer. ¿Qué pasará con la sociedad islámica si su gente vive esta realidad? ¿Estarán dispuestos a volver atrás? 

Si realmente el 11-M fue por Irak ¿qué razón esgrimían para atacar Nueva York? Ninguna. Sólo que Occidente es la corrupción moral y la más abyecta obra del demonio en la tierra. Y la gran pregunta viene ahora, una que me da vueltas por la mente y no puedo responder ¿por qué se sigue fomentando el antiamericanismo en Occidente? ¿A qué tipo de intereses puede obedecer la manipulación mediática en su contra? Si fuera tan sólo por razones electoralistas y políticas ¿no sería la mayor de las irresponsabilidades que se pudieran cometer?Siento haberme extendido tanto. ¿Qué opináis?     

Declaración de intenciones

Declaración de intenciones

La primera fuerza que dirige el mundo es la mentira.
Jean-François Revel, filósofo liberal y pensador francés
 

Por lo poco que conozco hasta ahora del mundo, Revel tenía razón, al menos tomando el concepto de  “mentira” como una verdad sesgada que pone énfasis al  aspecto más conveniente, mientras omite el desfavorecedor a sus intenciones. 

Antes de nada tengo que confesar que soy una ignorante. He sido (de)formada por la LOGSE, por lo que podría alegar que la culpa la tienen el gobierno y sus disparatadas leyes educativas, pero eso sería pecar de autocomplacencia y pasividad. Aprender es un proceso arduo y difícil que exige un esfuerzo considerable y una gran cantidad de tiempo que no todos estamos dispuestos a invertir. Los medios de comunicación, más politizados que nunca, de un signo u otro, lo saben bien, por lo que aprovechan cualquier resquicio para imponer su verdad. Pero es que se lo ponemos tan fácil… Y es que estamos llegando a una especie de “mundo feliz” en el que cualquiera que controle los medios puede convencernos de la mayor falacia. Sólo es necesario repetir el adecuado número de veces la misma simpleza para que sea proclamada como la mayor de las verdades. Así entre todos formamos un mundo “alienado” en que perdemos nuestra individualidad y nuestro espíritu crítico, bandera del ser humano desde antiguo.

Estamos ante la tiranía de lo políticamente correcto, tanto, que hemos interiorizado sus reglas. Nos dictan qué tenemos que pensar, comprar o decir, cómo vestirnos… todo para convertirnos en una masa de borregos obedientes que contribuyan al sistema. Y no me malinterpretéis: me considero liberal en el sentido más amplio de la palabra. No soy, en absoluto, una antisistema. Más bien al contrario: confío en la empresa privada como medio de enriquecimiento de una nación. Es por eso que estoy a favor del modelo de estado menos intervencionista posible, uno que asegure las libertades individuales, que no me adoctrine y me dé libertad para llegar lo más alto posible en base a mis cualidades y aptitudes. Considero que hoy en día la excelencia está siendo muy castigada por la igualdad, y que esto constituye un importante retroceso para todos y una rémora para futuras generaciones. 

En cualquier caso, y por más que trate de evitarlo, probablemente yo también mentiré en este blog. Todos buscamos incansables medios de divulgación ( en las redes, los periódicos o la televisión) que digan lo que queremos oir , que nos reafirmen en la creencia de que nosotros estamos en posesión de la verdad, y no el que opina lo contrario. Y eso es peligroso, porque nos hace vulnerables a la obcecación, al sectarismo y a la intolerancia. Lo que yo quiero es encontrar la verdad, o al menos, la explicación que más se acerque a ella, el más desapasionado y objetivo punto de vista que pueda encontrar. Es por eso que en este blog participarán también otros, personas de mi entorno, inteligentes y capaces, que no ven las cosas como yo, e incluso defienden lo diametralmente opuesto. 

A lo largo de la historia ha habido pensadores, hombres de acción, formas políticas e ideologías dispares. En ellos está la clave para encontrar la verdad en este caos mediatizado, y poder así entender en qué punto estamos y hacia dónde nos dirigimos. El mundo es un rompecabezas que no logramos armar del todo, cuajado de intereses de lo más variopinto.